[Reseña] La Iglesia - Alberto M. Caliani

Los gusanos mis labios han de besar;
los demonios al alma ansían matar...
¿Tú eres, caminante, quien buscas hallar
el retorno a tu destino?...
¡Sólo muerte has de encontrar!

A través de estas pocas palabras con las que hemos pretendido crear un poema, nos adentramos en la oscuridad más ominosa y aterradora con el libro de Alberto M. Caliani, "La Iglesia", que promete ser una de las novelas más amedrentadoras que hemos leído.
¿Seguro que buscas emociones fuertes? Entonces, sumérgete con nosotros en la aventura mágica de este libro....

En 2005, la Iglesia de San Jorge es clausurada tras la muerte de su párroco en extrañas circunstancias. Ocho años después, la diócesis encarga su reapertura al padre Ernesto Larraz, un sacerdote que ha sido apartado de la docencia por un polémico caso de agresión a un menor. Todo apunta a que el templo podrá ser abierto al culto en un par de semanas, tras unas breves obras de restauración.

Pero el hallazgo fortuito de una vieja talla de un Crucificado aterrador alterará la rutina de los sacerdotes encargados de la parroquia. Lo que en un principio podría parecer el descubrimiento de una valiosa obra de arte barroca, pronto se convertirá en una pesadilla mortal que perseguirá a todo aquel que haya tenido la desgracia de cruzar las puertas de la iglesia.
¿Acaso puede existir un ente maléfico más antiguo y poderoso que el mismísimo Dios? Si eres de los que confían en que no hay lugar más seguro que el suelo sagrado de una iglesia, mejor no leas esta historia.

Aseveramos que la lectura de este libro da miedo-pese a que el miedo como todo sentimiento, es claramente subjetivo-e impacta, y vamos a exponeros unos cuantos motivos.

En primer lugar: la trama gira alrededor del Mal, en plenitud. No es Satán ni un demonio lo que hemos de encontrar; se trata de un ente oscuro, malévolo, que emana del interior de una talla ubicada en la cripta de la iglesia de San Jorge-el hecho en sí, se hace palpable a medida que avanza la narración, lo que nos mantiene pegados a las páginas-.
No obstante, lo que aquí encontramos no es tan simple como una niña poseída por el maligno y sometida al Ritual Romano de la exorcización. ¡No! La novela juega a crear una idea de impotencia y debilidad al situar el epicentro de nuestra amenaza dentro de la casa de Dios; transforma un lugar de paz y meditación en lo que es realmente: una tumba sellada; una cárcel que impide que una fuerza desconocida y demoledora salga al exterior. Una fuerza que actúa como una plaga infecciosa, contagiando poco a poco todo lo que se encuentra a su alcance.

El autor "utiliza" a los personajes de una forma muy peculiar: introduce a la figura del padre Ernesto, un cura que busca el racionamiento lógico y meramente matemático-¡qué paradoja!-. Tras avanzar unos cuantos compases argumentales, surgen personajes que giran entorno a éste: un arquitecto, Juan Antonio, y el padre Félix, recién salido del seminario. Otros, como Saíd ó Hidalgo completan la tramoya casuística de la obra, relevándose entre ellos para ejercer de secundarios y principales según se tercie el "guión". ¡Nos ha encantado tremendo desfile!; tan imaginativo, tan bien recreado.

El estilo de Alberto es magnífico; su lenguaje sutil, delicado, mezclando el gore y lo bizarro para generar un ambiente tétrico, ¡espeluznante!..., en el que la bella ciudad de Ceuta se presenta como una metáfora de la prisión del Mal.

La descripciones: exhaustivas, fluídas, sin resultar pomposas y aburridas, aunque a veces parecen "atascarse"; un ejemplo de ello: la introducción del personaje del inspector Hidalgo, con su don "especial", es relativamente forzada.
Por lo demás, ha sido un lujo y un placer el poder leerla.