Te prohíbo volver a dormir - Pedro Moscatel: Un inframundo lisérgico, una fantasía macabra

Ilustración anónima del relato de Algernon Blackwood: La locura de Jones.

El mundo es cruel y vil. La maldad impregna cada átomo de nuestro cuerpo y, es que la oscuridad emana de nuestro interior y nos hace cabriolear como si fuésemos sierpes. La podredumbre está ahí fuera a través de fuerzas supra-humanas e incomprensibles para la nimia mente del hombre. Asistimos a esta super-exposición de horrores en la obra Te prohíbo volver a dormir de Pedro Moscatel, escritor que nos guía a través de un terror alucinógeno.
Bienvenidos pues, a Terranova…

Pedro Moscatel es un autor español más que reconocido pues, su aportación al terror ha sido sublime y multidisciplinar -desde la visión maquiavélica de Zaragoza (“A la sombra del Pilar”) pasando por Calabazas en el Trastero en su especial “Aparecidos”, en donde Moscatel juega con un estilo singular y variopinto a la hora de gestar una atmósfera lúgubre y claustrofóbica-. Todo ello, sin contar con su asistencia en la antología “Visiones 2014” (editada por la AEFCFT).

En este caso y de la mano de la editorial Cazador de Ratas, Moscatel vuelve a su cosmos del horror lisérgico y alucinógeno, con una historia más que propia y desigual, focalizada en diversos matices que se plantean a medida que la trama avanza.

La acción se ejemplifica en la figura de Carlos, un asesino en serie que intenta huir -lo más lejos posible- con el fin de que no lo arresten. Sin embargo, le acompaña constantemente una "presencia", una especie de ente que, poseé un vínculo especial con el protagonista. En tanto y acercándose a la ciudad de Terranova (extraña urbe de la alta aristocracia), Carlos se topará con un ser amorfo -semejante a un insecto- que repercutirá, en gran medida, en el devenir de los acontecimientos.

Así arranca esta interesante propuesta que fusiona muchos aspectos del cine B, y de las propias historias pulp y de terror de los años 80-90. En ciertos aspectos, tenemos esa visión o planteamiento de Alien - jugamos con algo que nos persigue en la oscuridad rondando por las calles de Torrenova, que consideraríamos el macro paisaje de la famosa Nostromo (Alien, 1979)-. Igualmente, hay que destacar de ella aspectos que nos retrotraen a esa visión paranoica planteada en obras de H. P. Lovecraft (“El pantano de la Luna”) o, desplazándonos a ese área del terror filosófico u ontológico propio de Thomas Ligotti o Aleister Crowley.

El autor emplea simbolismo, artes ocultas -la nigromancia y magia negra pululan por toda la obra- revisiones de proyectos hitlerianos..., para redirigirnos hacia una historia de terror desenfrenado que, nos recuerda a la prosa acelerada del maestro Matheson (“Pesadilla a 20.000 pies”, por ejemplo). De esta forma, diremos que Te prohíbo volver a dormir es un compendio de terror orgánico, psicológico y victoriano. Un engendro, un hibrido que atrapa al lector desde las primeras páginas.

Sin embargo, este maravilloso hilo argumentativo se desilvana de manera inconexa e ímproba en los acordes finales, acudiendo a inverosímiles soluciones que tratan de taponar los agujeros argumentativos. Moscatel intenta reajustar este hecho con un final muy al estilo de Arthur Machen o Stefan Grabiński ("El demonio del movimiento") pero, se desvanece el sentido y nos "perdemos entre brumas"...

En cuanto al estilísmo del autor: ¡heterogeneidad absoluta! Nos lleva a través de raíles de desasosiego, de paranoia y de incomprensión de hechos, todo ello a un ritmo desenfrenado. Se fusiona el gore con el romanticismo, lo espectral con lo cósmico y abominable…, generando un cubil poliédrico, una historia directa y desenfrenada, una bomba sangrienta de terrores nocturnos.

A este respecto, es pertinente acabar citando la reflexión del neurótico personaje de “La mirada” (Stefan Grabiński - El demonio del movimiento): «¿Acaso existe el mundo que me rodea?». Podríamos decir que el universo de Moscatel es tortuoso, lleno de espectros, súcubos y horrores nocturnos. Un inframundo lisérgico, una fantasía macabra...