Binti: Hogar - Nnedi Okorafor: Regreso a las raíces divinas

Vivimos en las estrellas, entre orbes luminiscentes que flotan sobre el cosmos como medusas estáticas. Y es en ese mar de planetas, en donde hallamos la mirada de Binti: una joven himba que abandonó su cultura con la mirada puesta en la admirable búsqueda del conocimiento. Y en esta ocasión, Binti retorna a sus raíces, vuelve a su orbe mater: ¡regresa a su hogar!
Bienvenidos a la reseña de: Binti: Hogar, novela de Nnedi Okorafor, que expande los acontecimientos ya narrados en la primera toma de contacto de Binti.
Regresen, pues, a la Tierra, al mundo desolado y brumoso sumido en un mar de dunas...

Antes de nada, decir que esta novela es la segunda entrega de una trilogía desarrollada por Okorafor. Y aunque este segundo volumen de Binti puede leerse de forma autónoma al primero, bien es cierto que sin la previa lectura de éste, muchos matices de la trama no se comprenderían del todo.

Esta nueva obra, editada y traducida al castellano por Crononauta, nos permite apreciar el crecimiento psico-físico y ético de la protagonista. Tenemos a una joven que está cultivando y desarrollando su sueño (poder estudiar Matemáticas en Oomza Uni), pero, que siente o experimenta un acuciado distanciamiento de aquello que la hace única: su cultura ancestral y sus creencias singulares. También, se desarrolla en ella ese sufridor paradigma de una heroína que padece en silencio por acontecimientos acaecidos años atrás: rabia, tristeza, ansiedad y angustia que se trasmutan en pesadillas insistentes y febriles. Pesadillas que nos permiten ahondar en la naturaleza empírica de un héroe, y acercarlo a nuestra tipología de flaquezas -existencialmente humana-: ¡Binti ha alcanzado su objetivo!, ha hecho realidad sus sueños, pero, necesita regresar a su planeta..., volver a casa, abrazar a los suyos.
Y aquí comienza nuestra historia...

Okorafor nos presenta las difíciles situaciones -y por tanto, el conflicto interno entre lo que ama y lo que anhela- a las que se tiene que enfretar la protagonista dentro de la impermeabilidad y autocracia de la cultura himba. Además, la autora juega con la rabia existente entre especies (concretamente, entre los Khoush y las medusas), para instar al lector a razonar acerca de lo que parece una ley de consecución universal: la disgregación de los seres o individuos dependiendo de sus parámetros físicos y conceptuales.
Y es esa búsqueda íntima y profunda de su "yo" más ancestral, lo que le llevará a interactuar con la indescriptible magia y el imprevisible destino, y a desarrollar una "especial" vinculación con un extraño amuleto relacionado con la piedra ancestral del Pueblo del Desierto...

Okorafor cubre una multivariedad de temas sociales a través de una prosa simple, mas, hermosa y sutil -por lo que también hay que alabar y muy mucho, la increíble traducción que ha hecho Carla Bataller de la obra-, que nos lleva a un final sublime, devastador... dejando la historia con un cliffhanger indiscutible, en un suspendido intermedio que, esperamos poder resolver en la próxima entrega (The Night Masquerade).

Al leer esta bella y sutil obra de prosa quasi romántica, se nos vienen a la mente joyas literarias como El Principito, de Antoine de Saint-Exupery o la propia Danza de Espejos (Lois McMaster Bujold); obras que afrontan problemas sociales, reinventan el mito del héroe y conminan al lector a profundas reflexiones éticas.

Ilustración de Dave Palumbo

Como punto negativo: podríamos decir que existen demasiadas situaciones forzadas, y es que a veces se genera un sobreafloramiento de emociones que sucumben en secuencias densas, (densidad que fractura el melódico lirismo de la prosa de Okorafor).

Binti: Hogar es una fábula futurista que no abandona las raíces primigenias y divinas de una cultura ancestral como lo es la africana. Un híbrido entre el space opera y la fantasía: ¡un canto a la libertad de expresión!