[Reseña] El libro de Sombra - Juan Cuadra Pérez

Las sombras se retuercen en sus lares, gimotean y ladran... ¡Aullan!

Nos hallamos ante la contemplación de la segunda parte de “El libro de Ivo” de Juan Cuadra; autor patrio que nos ha embelesado..., sorprendido por su capacidad de reflejar, de manera única y magistral, la esquiva maldad encerrada en la mente del humano, y de cómo-más tarde o más temprano-ésta termina por aflorar. Este autor repta por entre el terror ontológico, psíquico, "pesadillesco", que tanto nos gusta de Ligotti (para muestra sus relatos “Lo desconocido” o “Nuevos rostros en la ciudad”). Por ello, diremos que Juan Cuadra es un anfitrión de espejismos oníricos en los que el horror más desalmado da un paso al frente-junto al esoterismo más arcano- en su segunda obra El libro de Sombra.

Si el primer libro de la Saga de la Ciudad (El libro de Ivo) parecía un maquiavélico volumen de Clive Barker-casi esgrimido por Neil Gaiman-, en este segundo volumen (El libro de Sombra), el primero de éstos se impone pues, sangre, violencia y un sexo más que axiomático se hacen con el protagonismo.
Tras un final del anterior libro en el que se bosquejaba una mitología propia, ahora y sin preámbulos, Cuadra retoma la argumentación de su personaje Sombra, el mago irlandés, y nos plantea una trama de los más singular.

La Ciudad-tras el final de El libro de Ivo-parece haber vuelto a la normalidad, mas, Sombra, presiente que todo es una fingida apariencia. ¡Y tanto que lo es! El centro de ésta se ha transformado en las Casas de la Carne, paraísos cenobitas en los que se siguen realizando todo tipo de perversiones-como si la terrible noche del volumen anterior no hubiese acabado nunca-.
Argumento más maduro en el que la perversidad, el gore y el sufrimiento resultan ahora mucho más desafiantes y tétricos, hilándolos a la figura de un personaje cuyo trasfondo psicológico es por de menos, muy interesante pues, juega con sus desilusiones, desesperaciones y desencantos. Esa singularidad de tormento viene acompañada de un infierno en la tierra en el que nada se halla vetado-Cuadra abandona por completo el humor o el sarcasmo, y se centra en el horror-.

Es curioso la similitud-en cuanto a organización y jerarquía-que se establece en Las Casas de la Carne-, con la refractaria perversidad del Reino, mundo onírico que se planteó en la anterior entrega de la saga. Con ello, podríamos decir que Cuadra plantea una reflexión sobre la polaridad de los sueños y pesadillas.

Con una estructura de apariencia más "convencional"-sin los saltos temporales de El libro de Ivo-, en este escenario casi único, la novela discurre de una forma mucho más lineal. Toda la acción se centra en la figura de Sombra, dejando un cierto espacio para el desarrollo de figuras como la del Rey del Mundo (personaje que ya conocimos en el anterior volumen) o Sauce, una figura femenina enigmática que interactua como un engranaje más de la ficción. De esta manera, El libro de Sombra queda magistralmente clausurado al dejar una pequeña coda final que abre el camino hacia El libro de Lucian, tercera entrega de la tetralogía de la Saga de la Ciudad.

Su estilo es delicado pero, ¡abrupto e incisivo! Juan Cuadra no busca una amplia descripción de escenarios o acciones, y se centra directamente en el discurrir de la historia.

Aspecto negativo: quizás y por citar uno, sea la búsqueda absoluta de lo macabro. El autor, por supuesto, desea que gocemos del patetismo tenebroso que fluye en la novela pero, en ocasiones cae en un cierto vulgarismo al reflejar nimiedades que perfectamente podían haberse obviado-pueden producir colapsos en las presentaciones de las etapas argumentativas que, por otro lado, podrían explotarse más si no tuvieran esa secuenciación tan lineal-.

El libro de Sombra es una más que una meritoria segunda parte: es una historia más madura, macabra..., enmarcada dentro del universo que ya empezó a forjar Juan Cuadra en anterior libro. Una historia preciosista que retuerce los esquemas del terror ontológico.