[Reseña] Cero - Kathe Koja

0000000000000000....¿Qué tienen esos condenados elementos esféricos? Las personas viven y se relacionan con ellos... Nuestro mundo gira en torno a ellos... El infinito mismo se determina alrededor de su geometría oróndamente perfecta, en ser o materia... ¿Y si hallásemos un agujero negro? Uno pequeño, vanal y penetrante..., encerrado entre los muros de un almacén.
Os presentamos Cero, de Kathe Koja.
Existen cosas peores que la propia oscuridad...

Nicholas y Nakota encuentran un agujero negro en un almacén dentro de su edificio. No saben lo que es ni los horrores que contiene, pero la atracción que ejerce sobre ellos es inexorable.

Nos hallamos ante una historia psicológica, claustrofóbica..., con atmósfera asfixiante. Esa es la sensación que se experimenta a través de la visión lóbrega y aciaga del protagonista, Nicholas. Él será el conducto que nos guíe a través de circustancias ilógicas y sin sentido.
Nalota, su supuesta amante, y él, han hallado un agujero negro en el almacén del piso de viviendas donde reside el protagonista; literalmente: ¡un devorador de luz!, causante de las múltiples desgracias que se originan.

El aspecto más relevante de la obra es el marco que entabla la autora a traves de la psique de Nicholas. Consigue plantear cientos de pensamientos que fluyen, que se interconectan como una madeja emotivo-pensante; retratando el propio subconsciente hasta límites insospechados..., consiguiendo plasmar: estrés, depresión, o la propia ansiedad inherente al suicidio. Todo ello de forma sublime, unica; siendo el protagonista un dualismo continuado entre lo moral y ético, y lo más aberrante y salvaje.
Koja introduce además, compases de tensión simultáneas, apartando toda la lógica psicológica del protagonista (narrador), que puede llegar, en ciertos momentos, a causar cierto hastío.

La sucesión de aspectos cotidianos es manipulada por Koja hasta el confín del límite psíquico: se plantea un mundo gris y estancado, lleno de corrupción y herrumbre, plasmándose una visión macabra de lo que es realmente lo humano.

La introducción de los personajes es lenta, pero constante. Koja consigue presentarlos de manera realista, a través de circunstancias ocasionadas por maquiávelicos actos. Dentro de este marco, reconocer la genialidad para plantear hechos únicos, que maximizan las gotas de terror insufladas por la propia Koja: grabaciones espectrales, fusión del agujero negro con personajes, cráneos parlantes, estatuas andantes...
Dar la enhorabuena a la autora por la figura de Nakota, quien fusiona lo erótico, lo macabro y lo grotesco. Placer y dolor. Un "eroguro" viviente, de psique ciertamente incomprensible.
Otro personaje a destacar es Vanese, la novia de Randy, uno de los principales adeptos de Nicholas tras ser "elegido" por el agujero negro, (tras convertirse en un Mesías de éste). Vannese respira bondad, y será una "pieza equilibrante" de la novela.
Aspecto relevante es la inyección de esperanza dentro de un teatro "desesperante". Se presenta a ...., una antigua "amiga" de Nicholas, que permitirá que éste se aloje en su casa tras vivir toda una serie de hechos muy bruscos-relacionados con el propio agujero negro-.
Toda la trama es, pues, un desconcierto irónico, repleto de escenas gore e ilógica locura.
El final-como toda la obra-, presenta una reflexión sublime que nos permite adivinar que la historia no llega a ser realmente conclusiva.

Como referencias bibliográficas anexas a esta obra, podemos citar los Libros de Sangre de Clive Barker; en ellos se plasma la crispación y el miedo..., revestidos con un "gore descarnado".

El estilo de la autora es complejo: amplias descripciones enmarcadas por interrogantes narrativos, que integran al lector en un éter denso y sofocante.
Horror similar al experimentado con los relatos del maestro H.P. Lovecraft.