Gimrod - Miguel Ángel Naharro: De aeronaves y baladas estelares

El pulp sigue vigente, sigue vivo pues, es una manera singular y única de contar historias; un género rico y fuerte que abarca diferentes vertientes de los llamados géneros no miméticos. Y es que, la "Space opera" o la "Espada y Brujería" beben directamente del estilo activo y ágil del llamado "Neopulp". Y entre esas sub-ramificaciones o disgregaciones que hacemos de la literatura de aventuras, hallamos, también, lo que se denomina como "Espada y Planeta". En el día de hoy y a través de esta reseña, nos centraremos en una obra de Miguel Ángel Naharro: Gimrod (editada por Dlorean Ediciones); una epopeya fantástica, frénetica y con el estilo característico del autor.

Así pues, ¡abran sus ojos al irisado y veloz firmamiento!... lleno de extrañas y fascinantes maravillas.

Miguel Ángel Naharro nos presenta en este volumen la maduración en su estilismo y en la exposición y desarrollo de las tramas argumentativas... Naharro ha escrito una amplia gama de libros enfocados al neopulp, como la saga de "La Garra", en donde asistimos a las peripecias de Jonathan Baker (La Garra), quien se enfrenta a múltiples desafíos y horrores -muy al estilo de relatos de Robert E. Howard-, o Tenebrae -que ya reseñamos- y que se basa en un compendio de relatos que abarcan las poliédricas manifestaciones del terror. En Gimrod, se presenta a Brad J. Gimrod, astronauta veterano nacido en Australia, al que encargan -junto a su equipo- la misión de reparar un satélite en órbita. Un inexplicable accidente acaba transportando a Gimrod a años luz del planeta Tierra, a un lugar inhóspito y desconocido llamado Korudus. Un planeta en ruinas y desestabilizado... que atestigua la extensa labor de worldbuilding llevada a cabo por Naharro dentro de sus obras.
Y es que, la coexistencia de tantas razas en un mismo espacio permite el desarrollo parcial de múltiples civilizaciones que luchan por la supremacía. Esta diversidad hace del planeta una ambientación de enorme profundidad y amplitud, que puede dejar al lector -en ciertos instantes- un poco desubicado, pero que enriquece ingentemente la historia (hecho que el autor sabe utilizar adecuadamente, dejando diferentes tramas y situaciones paralelas); es decir, una obra dentro de Espada y Planeta muy compacta y sólida como propuesta para aventurarse dentro del género, manteniendo la estela de clásicos del pulp como la serie de Merrick de la Tierra o John Carter de Marte.

Ilustración de Frank Frazetta

Por otro lado, y como suele ocurrir en este tipo de historias, no existe, como tal, un análisis profundo de los personajes -muchos de ellos basados en estereotipos- que siguen un rumbo prefijado, a pesar de sus intenciones. Ésto ocurre tanto con los villanos como con sus antagonistas, personajes con capacidades siempre extraordinarias.

Todos los detalles son superficiales, sin abordar en demasía, pero, que sería muy interesante su uso en nuevas secuelas o spin-off que expandan este universo exótico. Y, como en muchas otras historias, se aborda la trama desde una miscelánea de crítica social, (en este caso, Naharro juega con la dualidad entre lo tecnológico y la pobreza, o mejor dicho, la ausencia de máquinas por "injusticia").

Naharro juega muy bien con todos los elementos anteriores, con los que su autor genera un punto de inflexión y maduración argumentativa. Y es que, y pese a la escasez de una narración sólida -en cuanto a desarrollo de personajes se refiere- la novela consigue entretener al lector y hacerlo disfrutar de un género muy vivo, con un estilo que refleja la singularidad de maestros del género como C. L. Moore o John Norman, creador de las Crónicas de Gor.

Gimrod es una novela ligera, mas conforma una pieza central dentro del imaginario del autor, que plasma un mundo extraordinario y singular, en donde las aventuras, al más puro estilo Una princesa de Marte (Edgar Rice Burroughs), son el eje cáustico de la obra, que se hace imprescindible para los amantes y aficionados a la más exacerbada aventura, y al pulp en general.